De un tiempo a esta parte, el acero quirúrgico se ha convertido en un material indispensable en los joyeros de todas las mujeres. Gracias a sus diseños, sus beneficios para las pieles más sensibles y toda la elegancia que transmite una joya de este material, el acero quirúrgico ha llegado a la industria para quedarse. Pero ¿de dónde viene?
Los instrumentos quirúrgicos
Para hablar de la historia del acero quirúrgico es necesario remontarnos al siglo VII y, más concretamente, al estado de la medicina por aquel entonces. La primera escuela médica de Salerno (Italia) fue la propulsora del uso de material operatorio específico, debido a los conocimientos que se empezaban a tener sobre la importancia de la higiene en la salud.
Entre los siglos XIV y XVI, fue utilizada, por primera vez, la palabra bisturí. El responsable de darle nombre a este instrumento para operar fue Ambroise Paré, el padre de la cirugía moderna.
En el siglo XIX, el comercio de instrumentos quirúrgicos ya era un hecho, gracias, sobre todo, a la labor del maestro cuchillero Gottfried Jetter, quién creó la primera tienda con estos instrumentos.
La evolución hacia el acero quirúrgico
Conforme la historia ha ido avanzando, materiales como el hueso, el oro o la madera han ido cayendo en desuso en favor de aleaciones más resistentes. Primero, estas mezclas dieron como resultado el acero inoxidable y, después, el que nos ocupa, el acero quirúrgico.
En concreto, esta variación del acero está compuesta de cromo y molibdeno. Este último le aporta mayor dureza. Por su parte, el cromo le da resistencia al desgaste y a la corrosión.
Todas estas características han sabido ser aprovechadas para su uso en el mundo de las joyas.
El acero quirúrgico en las joyas
Al ser un material utilizado en la medicina, el acero quirúrgico es perfecto para todas aquellas personas que padecen alergias y sensibilidad en su piel, ya que mayor sello de seguridad que su uso en operaciones, no podríamos tener.
Pero esta es solo una de las grandes virtudes del acero quirúrgico, que, además, está dotado de un gran brillo y elegante color que ni se pierde, ni se deteriora con su uso, al estar compuesto de elementos tan resistentes.
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